Hace meses los cerezos florecieron en el Bierzo con todo su esplendor. Poco a poco, la belleza de sus flores ha dado paso a la fruta. Las cerezas crecen poco a poco, alimentadas con el sol y la lluvia berciana.
Para el mes de junio comenzaremos a tener las primeras cerezas y los árboles se teñirán de bonitos colores rojizos. Son varios los tipos de cerezas que se dan en el Bierzo, y con un poco de atención es fácil diferenciarlas. Por ejemplo, la cereza picota se caracteriza por tener un color rojo oscuro y se desprenden con facilidad del hueso, mientras que la francesa es una cereza con un rojo menos intenso y una carne más prieta al hueso.
¿Cómo elegir las mejores cerezas? Tan solo hay que fijarse en su apariencia. Las cerezas de mayor tamaño y color más uniforme e intenso son las mejores porque han alcanzado el grado óptimo de maduración. Si estás en el campo, ten en cuenta que las cerezas se recogen del árbol, no valen las que han caído al suelo, y deben recolectarse con su rabillo.
Aunque la mayor parte de las cerezas se consumen de forma natural, podemos conservarlas elaborando mermelada o realizar deliciosos postres con ellas. Es típico del Bierzo las cerezas en aguardiente, donde el fruto se conserva en orujo con azúcar y canela.
La cereza es una fruta muy beneficiosa para nuestra salud. Están llenas de antioxidantes, fibra y vitaminas que ayudan a prevenir ciertas enfermedades como la pérdida de memoria, el cáncer, la artritis y problemas cardíacos, entre otras. Aunque popularmente se cree que las cerezas tienen un alto contenido en azúcares, lo cierto es que consumir esta fruta reduce el riesgo de diabetes. Así que ya lo sabéis, comer cerezas es un placer que nos ayuda física y mentalmente.