Fernando Fernández Balboa, Chef del Restaurante Menta y Canela, nos habla de las claves que le han impulsado a dedicarse al mundo de la gastronomía y los requisitos para ser un buen cocinero:
“Creo que hay varios tipos de cocineros: los que lo hacen por vocación y por placer personal, y los que, como en mi caso, siempre hemos estado vinculados a la cocina por tradición familiar. Luego hay otro tipo de cocineros, que son los que han visto una salida a su futuro profesional porque ésta siempre ha sido y es, una profesión muy demandada en el sector laboral en todo el mundo. Pero ¿por qué hay tanta demanda de cocineros? Pienso que simplemente porque no hay tantos cocineros como podíamos pensar y algunos desistirán por el camino, ya que hay que dedicarle mucho tiempo, coraje y paciencia para llegar a alcanzar la sabiduría que esta carrera requiere.
Yo empecé a trabajar con 14 años ayudando a mis padres en la cocina. Ellos eran cocineros, gente que no solo amaba su profesión si no que vivían para estar en la cocina al son de la liturgia de una buena comida. Desde muy pequeño siempre estuve rodeado de fogones, cocineros y camareros; y gracias a estas relaciones se me inculcó el sentimiento que siento hoy hacia lo que es la hostelería. Mis padres me llevaban a comer a otros restaurantes, para aprender a apreciar las diferentes formas de preparación, los diferentes gustos de los cocineros. Porque en definitiva, los cocineros hacen todo a su gusto personal.
Desde que empecé a dedicarme a este mundo, he tenido el privilegio de impartir unas cuantos cursos de cocina y he tenido a mucha gente trabajando a mi cargo. El 95% de un cocinero es su paladar y el gusto por la comida, si una persona no sabe apreciar una comida nunca llegará a ser un buen cocinero.
Así que, creo que lo primero que tiene que tener un cocinero, aparte, por supuesto, del amor por esta profesión, es una educación en la alimentación que abra un mundo nuevo lleno de olores, sabores y texturas apasionantes. Hay que saber a lo que huelen y saben las cosas para así poder imaginar platos nuevos e innovadores. Porque pese a los años de experiencia, un cocinero nunca deja de educar su paladar y nunca deja de aprender de este trabajo tan duro pero a la vez tan satisfactorio.
Esta es la visión que yo tengo de esta profesión, fruto de mi experiencia y dedicación. Un mundo duro al que hay que consagrarle toda una vida pero que si lo aprecias de verdad hace que merezca la pena.”
Fernando nos ha hecho llegar este mensaje: el miércoles 6 de marzo es su cumpleaños y quiere celebrarlo invitando a todos los que acudan a comer o cenar ese día a un combinado especial de ginebra, “Aftergin”.