Con el frío se recuperan productos e ingredientes que durante el verano dejamos un tanto olvidados. Es el caso de las lentejas, una de las legumbres más nutritivas, sanas y sabrosas, que no solo nos ayudan a combatir las bajas temperaturas sino que son un importante alimento para nuestro organismo.
Todo cuanto podamos decir de este producto es bueno. Las lentejas tienen un alto contenido en fibra, hidratos de carbono, vitaminas, hierro, proteínas, potasio, fósforo, magnesio, cinc… Sus propiedades la convierten en un alimento estrella que nos ayuda a combatir el colesterol, a eliminar agentes cancerígenos, nos aporta energía a nuestro cerebro y favorece la formación de glóbulos rojos en la sangre, entre otros muchos beneficios. Es aconsejable su consumo a cualquier edad, sobre todo en niños y embarazadas.
Aunque existen varios tipos de lentejas, describimos las de mayor consumo en el Bierzo:
– Castellana, es la de mayor tamaño, con un calibre superior a los 6 mm. Tiene un color verde claro.
– Pardina, fácilmente reconocible por su pequeño tamaño y color pardo, propiedades que le han dado su nombre. Su piel es más suave y su textura más consistente, no se deshacen al cocer y tienen un excelente sabor.
Con una elaboración más trabajosa, encontramos en el mercado las lentejas peladas. Al no tener la piel aportan menos fibra y su cocción es más rápida. Son muy digestivas y aconsejadas para platos consumidos por ancianos y niños.
Las lentejas se pueden elaborar de muchas formas, pero en el Bierzo gusta de tomarlas con patata y chorizo. Un alimento completo que no puede faltar en ninguna dieta.
La alimentación influye directamente en nuestra salud, por ello es importante adquirir unos buenos hábitos de consumo desde pequeños, y mantener vivos nuestros platos y cocidos más tradiciones, entre los que no pueden faltar unas buenas lentejas.