Los canónigos, también conocidos como lechuga de campo o hierba de gato, son una planta silvestre de la familia de las valerianáceas. Esta planta, muy resistente al frío, es originaria de Sicilia, aunque actualmente se encuentra por toda Europa. Deben su nombre a que, durante la Edad Media, eran cultivados y consumidos por los clérigos en los conventos cristianos. Se parecen a los berros pero sus hojas son más grandes, con un sabor que recuerda a la nuez o la avellana, y un toque ligeramente picante. Se utilizan en ensaladas, también como guarnición y para decorar los platos.
Los canónigos solo tienen unas 14 calorías por cada 100 gramos. Además, tienen un alto contenido en vitaminas, minerales (varía en función de la riqueza del suelo) y fibra pero destaca su contenido en pro-vitamina A (betacaroteno). Estas sustancias antioxidantes desempeñan un papel importante en la protección del organismo frente a los radicales libres y a algunas enfermedades. También son una fuente de ácido fólico y calcio.
La presencia de potasio ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso, y los canónigos son también un producto digestivo y que ayuda a depurar el organismo, especialmente riñones y sangre.