Los pimientos asados del Bierzo son una seña de identidad de la comarca. Su calidad y sabor los convierte en inigualables. Este producto que hoy está tan arraigado en nuestra gastronomía, comenzó a cultivarse en el Bierzo a mediados del siglo XVII. Se comenzó a asar con un solo objetivo: alargar su fecha de vida y aprovechamiento en las casas. Fueron pues, las amas de casa bercianas las grandes impulsoras del consumo del pimiento asado.
El consumo de los pimientos fue en aumento, tal es así que la primera industria artesana conocida surge en 1818 en Villafranca del Bierzo. Posteriormente le seguirían otras, que ayudarían a comercializar el producto más allá de nuestra comarca.
El pimiento asado del Bierzo consigue su IGP en el 2002. Momento a partir del cual comienza a etiquetarse bajo el sello de calidad y su comercialización y difusión aumenta exponencialmente. Pero para llegar a este punto hay que recordar y agradecer la labor de todos aquellos que lo hicieron posible.
Hoy en día, las amas de casa del Bierzo continúan con su tradición, asando pimientos, pelando y metiendo en conserva para el disfrute de su familia. Y es que los pimientos asados del Bierzo dan mucho juego en la cocina. Bien como ensalada, acompañamiento o ingrediente de una receta, su sabor es inconfundible.