Las mandarinas, las clementinas y las naranjas presentan impresionantes beneficios para la salud, y es posible que te preguntes si todas son variaciones de la misma fruta.
¿Qué son las mandarinas?
Las mandarinas pertenecen al género Citrus. Se cree que son originarias de la antigua China, de ahí su nombre. Su cáscara es de color naranja intenso, coriácea, y protege los segmentos dulces y jugosos de su interior.
Las mandarinas crecen en árboles de cítricos de tamaño pequeño o moderado. A medida que maduran, pasan de un verde intenso a su reconocible color naranja y crecen hasta alcanzar una anchura de entre 4 y 8 cm.
A diferencia de las naranjas, las mandarinas no son redondas. Son más bien oblongas, parecidas a una esfera con la parte superior e inferior aplanadas. También son más fáciles de pelar.
Diferentes tipos
La mandarina común, también conocida como Citrus reticulate Blanco o mandarinas Ponkan, es otro tipo popular. Crece ampliamente en climas templados cálidos y tropicales, incluyendo partes de China, Brasil, España y Filipinas.
Es posible que también hayas oído hablar de las Citrus tangerine, que tienen una cáscara más rojiza y anaranjada. Se cree que son originarias de Tánger (Marruecos), donde se han ganado su nombre.
Además, hay muchos híbridos o cruces entre mandarinas y otros miembros del género Citrus.
Las clementinas son las más pequeñas del grupo, con un color naranja más intenso, una piel brillante y un interior normalmente sin semillas. A menudo se consideran una variedad de las mandarinas, pero técnicamente son híbridos de mandarinas y naranjas dulces.
Perfil nutricional
Esta pequeña y potente fruta aporta más de una cuarta parte de la dosis diaria recomendada de vitamina C, que es importante para la salud de la piel, la cicatrización de heridas y la función inmunitaria adecuada .
Las mandarinas también aportan importantes minerales. Aunque no son una fuente rica en cobre, tienen más cantidad que la mayoría de las frutas. El cobre es esencial para la salud, ya que ayuda a la producción de glóbulos rojos y a la absorción de hierro. Así, ayuda a transportar el oxígeno a los tejidos.
Además de las vitaminas y los minerales, una mandarina mediana contiene el 8% del consumo diario de fibra. La fibra alimenta las bacterias intestinales beneficiosas, que ayudan a la digestión y pueden incluso ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades del corazón.
Beneficios
Como la mayoría de los cítricos, las mandarinas están cargadas de vitaminas, fibra y compuestos vegetales beneficiosos. Consumirlas regularmente puede aportar muchos beneficios para la salud.
Además, son fáciles de envasar como tentempié, echar en batidos o pelar en ensaladas o postres.
Ricas en antioxidantes
Las mandarinas son ricas en compuestos vegetales beneficiosos para la salud, como los flavonoides.
Los flavonoides se encuentran fácilmente en los alimentos. Son un tipo de antioxidante que ayuda a defender el cuerpo contra el desequilibrio de los radicales libres, que podría conducir a la oxidación. La oxidación puede favorecer el envejecimiento y la aparición de enfermedades como el cáncer y las cardiopatías.
Potencia tu sistema inmunitario
Dado su alto contenido en vitamina C, las mandarinas pueden reforzar tu sistema inmunitario.
La vitamina C es un antioxidante que potencia la función de tus células inmunitarias para luchar contra el daño oxidativo. También favorece la muerte de los microbios dañinos.
Además, mejora la integridad de la piel y los tejidos. De hecho, la suplementación con altas dosis de vitamina C puede acortar el tiempo de curación de las heridas en determinadas situaciones.
Mejora la salud intestinal
La fibra beneficia a tu digestión. Se encuentra en dos formas: soluble e insoluble.
Los cítricos, incluidas las mandarinas, son especialmente ricos en fibra soluble. La fibra soluble forma un gel en el tracto digestivo. Esto atrae agua al intestino para ablandar las heces, facilitando potencialmente los movimientos intestinales.
Las mandarinas también tienen algo de fibra insoluble. De hecho, tienen más de este tipo de fibra que muchas otras frutas. La fibra insoluble pasa por el intestino sin descomponerse.
Puede reducir el riesgo de cálculos renales
Un amplio estudio poblacional asoció una dieta rica en cítricos, como las mandarinas, con un menor riesgo de cálculos renales, que son minerales cristalizados que el cuerpo excreta en la orina. Pueden ser muy dolorosos de expulsar.
Las mandarinas aportan compuestos vegetales beneficiosos como los antioxidantes. Mejoran la salud fortaleciendo el sistema inmunológico y promoviendo un intestino sano. Puede que incluso reduzcan el riesgo de padecer cálculos renales, pero este aspecto requiere más investigación.