La zanahoria es una de las hortalizas más producidas en el mundo. Su consumo habitual aporta una importante cantidad de vitaminas (A, B, C y E), minerales y compuestos antioxidantes y su valor calórico es muy bajo (100 gramos equivalen a unas 33 kcal.
Una de las características más conocidas de esta hortaliza se trata del beneficio que nos proporciona a la vista gracias a su contenido en vitamina A. También es sabido de forma popular que el consumo de zanahoria nos ayuda a proteger la piel y favorece el bronceado.
Sin embargo, las zanahorias aún tienen muchas más características:
- Su aroma estimula el apetito.
- Debido a la vitamina C, comerla cruda fortalece los dientes y las encías.
- Gracias a su alto contenido en fibra ayuda a combatir el estreñimiento y el dolor de estómago. Es un alimento muy recomendable si se padece gastritis.
- Por su elevado contenido en agua, es diurética y ayuda a la desintegración de los cálculos renales.
- Es rica en potasio y fósforo.
- Fortalece las uñas y el cabello.
- El betacaroteno y la vitamina A mejoran la calidad biológica de la leche materna.
Las zanahorias además son un ingrediente muy versátil. Podemos tomarlas tanto crudas (troceadas o en zumo), cocidas, al horno o salteadas. Por ello sin duda están muy presentes en diversas elaboraciones, ya sea cómo ingrediente principal o como guarnición.