En el Bierzo contamos con muchas variedades de frutas, algunas que como manzanas y peras, que cuentan sus propios sellos de calidad, y que llevan muchos, muchísimos años entre nosotros. Pero hay otros frutos, que con el tiempo han ido cogiendo fama y fuelle, y cuyo consumo se ha ido extendiendo y normalizando. Uno de estos frutos son los arándanos.
El arándano
El arándano es una baya que crece de un pequeño arbusto, un “fruto del bosque” al igual que la mora, la grosella y la frambuesa. Como las otras furtas de este género, el arándano es un pequeño tesoro, rico en vitaminas, hidratos de carbono y minerales.
Los arándanos aportan nutrientes que refuerzan el sistema inmunitario y protegen la salud del corazón, el sistema digestivo y el cerebro. Además, algunos estudios realizados califican al arándano como el alimento de mayor poder antioxidante entre otros 40 vegetales analizados.
Este poder antioxidante es debido a la acción combinada de sus ácidos orgánicos y las 15 antocianinas que les confieren su peculiar color: la mirtilina, la cianidina, la definidina, la malvidina, la peonidina y la petunidida.
Los arándanos también contienen una amplia diversidad de micronutrientes, con niveles notables de minerales esenciales como el manganeso, la vitamina C y varias vitaminas del grupo B.
Los arándanos tienen un aroma entre dulce y picante, mientras que su sabor es fresco, ácido y ligeramente amargo, por lo que pueden tomarse como postre, pero también en zumos u otras preparaciones.