Ya han pasado más de 60 años desde que el agua sumergiera mucho más que calles y casas en los pueblos de Bárcena del Río y Posada del Río. Sus vecinos, casi 500, fueron realojados en otras poblaciones bercianas, dejando atrás lo que el paso de los años ha convertido en el recuerdo de unos pueblos fantasma, condenados al mas absoluto silencio en el fondo del pantano de Bárcena.

Lo que el agua esconde. Bárcena del Río

Poco se habla de la generosidad de estas gentes, gracias a ellos este embalse que ahora cobija lo que una vez fueron sus hogares, es fuente de abastecimiento y regadío, y su construcción sirvió como refrigeración de la central térmica de carbón Compostilla II, situada a sus orillas.

En 2018 Ponferrada anunció que quería dedicar una calle a Bárcena del Río, uniéndose a la calle que Congosto ha regalado a Posada del Río.

Sin embargo, el agua todavía no los ha borrado del mapa por completo, los pueblos siguen ahí, y cuando las aguas del pantano bajan lo suficiente, aún es posible distinguir sus casas, en incluso cruzar el puente sobre el Sil del Camino Real de Carlos III, que unía Congosto y Cubillos del Sil.