Una de las primeras tomas de contacto a la hora de catar un vino, y que puede tener un impacto decisivo, es la denominada fase visual y que será la que marque la impresión inicial. El aspecto visual nos permite determinar el cuerpo, la edad y el estado en el que se encuentra el vino.
Si inclinamos la copa podremos observar y apreciar la limpieza, transparencia y color (en el corazón de la copa) y tonalidad (en el borde) del vino.
Durante la fase visual también se analiza la viveza y otros aspectos como el brillo, la cromaticidad, la limpieza, así como la presencia de depósitos, grasas y quiebras.
Más en: www.catadelvino.com