Está claro que estamos más acostumbrados a la variedad de uso que nos ofrecen frutos como la manzana, por eso nos sorprende conocer que un producto tan anclado a un uso tradicional, como es la castaña, nos ofrezca tantas posibilidades para producir nuevos alimentos. Y es que ahí donde la tenéis, nuestra castaña puede llegar a transformase en harina y crema de castaña, e incluso en cerveza, licor, vino y hasta en leche. Así lo contaba Monserrat González Raurich, catedrática del departamento de Higiene y Tecnología de los Alimentos en la Universidad de León, durante las ponencias organizadas por Biocastanea. Todo un abanico de posibilidades para un alimento nuestro, y aparentemente tan pequeño.