Seguro que quien ha tenido o tiene una higuera cerca, no se puede resistir a arrancar uno de estos frutos y comerlo in situ. Y es que esta fruta, precedida por la breva, tiene un sabor y una textura que resultan muy agradables, pero además, poseen una serie de beneficios que tampoco está mal tener en cuenta.
Para empezar, comenzaremos mencionando que el higo es una de las frutas más ricas en nutrientes, aunque destaca principalmente por su aporte de fibra. También una alta cantidad de antioxidantes que controlan la acción de los radicales libres, previniendo el envejecimiento prematuro y diferentes tipos de enfermedades.
Por otro lado, tiene un contenido importante en polifenoles, hierro, potasio, calcio, vitamina C y proteínas, y por si eso fuera poco, tiene muy pocas calorías.
Reduce la presión arterial alta
Gracias a su alto contenido de potasio, los higos pueden ayudarnos a controlar los niveles de presión arterial alta y reducir el riesgo cardiovascular.
El dulce perfecto
Su contenido en azúcares naturales, hace que los higos sean perfectos para nuestros postres o para calma nuestro antojo de comer algo dulce. Además, su fibra facilita el proceso de digestión.
Colesterol
Los higos contienen fibras solubles que son fácilmente absorbidas por el cuerpo. La más importante es la pectina, que contribuye a reducir los niveles de colesterol malo en la sangre.
Contra los problemas cardiovasculares
Los higos contienen omega 3 y 6 que permiten combatir diferentes problemas de salud como: la hipertensión arterial, riesgo de ataque cardíaco o problemas coronarios, entre otros.
Laxante natural
Los higos ayudan a la buena digestión gracias a su contenido de fibra y suave efecto laxante.
Previene la anemia
Por su aporte de hierro, los higos se han popularizado como un buen alimento para prevenir y reducir la anemia.
Reduce la inflamación
También tiene propiedades antiinflamatorias.