Cuentan que el famoso médico griego Hipócrates aplicó sus conocimientos al mezclar vino blanco con flores, entre ellas el ajenjo, para darle aroma a su bebida. El resultado fue un “tónico de hierbas” que servía para aliviar el estómago y mejorar la salud.
En la edad media lo que hoy conocemos como vermut fue llamado “vino hipocrático”.
Vermut
La palabra vermut es de origen alemán y significa ajenjo, que era uno de los ingredientes principales hasta que se prohibió su consumo.
El vermut es un vino aromatizado, con una graduación alcohólica que va desde los 16% y no debe superar los 21%. Se podría decir que el vermut es un vino blanco fortificado gracias a la maceración e infusión de raíces, hierbas y especias, endulzado con azúcar, caramelo y mostos de uva.
Del dulce al seco
El vermut rojo o ‘rosso’, es la variante más dulce y a pesar de su color, también se elabora con vino blanco. Este tipo de vermut deber su coloración al jarabe de azúcar o caramelo.
El vermut blanco o ‘bianco’, es el más utilizado como aperitivo, tiene un sabor más suave y con un dulzor intermedio.
El vermut seco, es el más amargo, el más famosos es el francés, creado en el siglo 19 por Joseph Noilly. Sus notas amargas y el final seco lo convirtieron en parte fundamental de uno de los cocteles más populares del planeta: El Dry Martini.
Fuente: www.chilango.com
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