Llega el calor y aunque disfrutar de un buen vino siempre es placentero, una bebida refrescante es ahora mucho más atrayente. Pero no está todo perdido, para aquellos que no quieran renunciar, ni siquiera bajo estas altas temperaturas, nos quedan los rosados, vinos estigmatizados por considerarse de menos calidad, pero que no solo pueden llegar a alcanzar la notoriedad de un buen vino tinto, sino que además son ideales para esta época del año.

Existen muchos tipos de rosados:

Rosado de sangrado

Este tipo de rosados requieren de una uva muy sana y en perfecto estado. La técnica utilizada se basa en macerar las uvas durante unas horas para que el mosto adquiera los colores rojizos que se encuentran en la piel de la uva. A partir de ese momento, el vino se puede estabilizar y embotellar o también se puede criar en barricas para hacerlo más longevo.

Rosado de prensado directo

Consiste en vinificar una variedad tinta como si fuera blanca. Las uvas se depositan en la prensa y se dejan macerar durante un breve espacio de tiempo antes de prensarlas. Normalmente este tipo de rosados tienen menos intensidad colorante pero si algo más de tanicidad debido al prensado.

Clarete

Esta forma de elaboración es muy común en varias zonas del norte de España. La gran diferencia es que se mezcla uva blanca y tinta o mosto blanco en la fermentación del vino tinto. Al tener un gran porcentaje de uva blanca estos vinos suelen tener algo más acidez y amargor, lo que le otorga una viveza muy elegante.

 

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