Cómo en el vino hay azúcar, ocurre que en algunos vinos nos encontramos con un cierto aroma a caramelo, que no se debe de confundir con el caramelizado, más tostado.

Los catadores incluyen el caramelo inglés entre los aromas. Es un aroma fácil de detectar y se percibe incluso cuando aparece en muy poca concentración. La diferencia entre este caramelo y el caramelo dulce se encuentra en la boca, el caramelo inglés se revela más ácido pero si no llegamos a probarlo en la nariz también percibiremos una impresión picante.

Este aroma no lo encontraremos en vinos maduros pues es frágil y desaparece con el tiempo, tampoco lo encontraremos en forma dominante en vinos elaborados con variedades terpénicas. Si lo podemos encontrar en variedades blancas elaborados a temperaturas frescas, así como en vinos tintos elaborados por maceración carbónica.

En boca los ácidos y los azúcares provocan salivación refrescando las papilas, pero existe una diferencia fundamental, los ácidos estimulan la salivación intermaxilar mientras que los azúcares lo hacen sobre la sublingual, así en boca podemos diferenciar el caramelo inglés del caramelo dulce.

Fuente: www.catadelvino.com