Diversos son los puntos desde los que se puede acceder a El Bierzo y distintos los caminos, pero el que ha gozado de mayor prestigio es el Camino de Santiago Francés.

Camino de Santiago Francés

Ruta del Camino de Santiago Francés

Si bien no es fácil enumerar la infinidad de monumentos, paisajes y puntos de interés que encontraremos a nuestro paso por El Bierzo, más difícil nos resulta describir su belleza y simple grandiosidad. Desde la Cruz de Ferro, en Foncebadón, hasta Piedrafita do Cebreiro ya en la vecina Galicia, atravesamos El Bierzo de este a oeste, cruzamos sus ríos a través de puentes de piedra romanos y descubrimos un variado paisaje de vides, frutales, huertas y prados.

Es fácil encontrar albergue allá donde llegamos, y siempre hay algo que está esperando ser visitado. Continuar el camino no es fácil, la curiosidad nos invita a desviarnos para conocer parajes como el Valle del Silencio, con su iglesia mozábare, Las Médulas y el legado de los romanos, las pinturas rupestres de Sésamo y , entre muchos otros, el Castro de Chano.

Algunas de sus localidades bien merecen hacer parada para conocer sus vestigios como son Cruz de Ferro, Molinaseca, Ponferrada, Cacabelos, Villafranca o Vega de Valcarce

El Camino de Invierno

El Camino de Invierno es una variante del Camino de Santiago Francés que parte desde Ponferrada, ciscurriendo a lo largo del cauce del Sil. De esta manera evitamos la empinada subida de O Cebreiro.

Al discurrir por la vega de un río, constituye la entrada natural a Galicia. Este itinerario ha sido muy utilizado a lo largo de la historia por diferentes pueblos. Así consta durante la presencia de los romanos en El Bierzo, posteriormente las tropas napoleónicas lo usaron como camino de paso y más recientemente para canalizar las vías del ferrocarril.

El verde paisaje, trufado de árboles frutales, vides, avellanos y almendros se trasctoca en una explosión de tierras y montículos de tonalidades rojas y naranjas, recuerdo de las minas a cielo abierto dode los romanos extrajeron oro, y que hoy se ha convertido en un Parque Arqueológico Patrimonio de la Humanidad: Las Médulas. Todo ello mezclado con la mística imagen del Castillo de Cornatel, fortaleza inexpugnable envuelta en el halo de la leyenda templaria.