Esta es una ruta e 18,3 km que nos lleva desde el Acebo hasta la aldea de San Facundo. Es una senda de dificultad media y un perfil bastante suave. En este camino, el visitante se encontrará con bosques de robles y pinos, que se transforman en exuberante vegetación de ribera al caminar junto a cursos de agua que han moldeado durante siglos formas caprichosa en el territorio, como el Pozo de las Ollas, piscinas naturales escavadas en la roca por la fuerza del agua.
Poco a poco aparecen las aldeas como la de Folgoso del Monte, una vieja población hoy deshabitada, y más adelante Matavenero, Poibueno y finalmente San Facundo. Dotados del encanto y la paz de los lugares «vírgenes» y aislados, estos valles atrajeron a varios monjes hasta aquí entre los siglos X y XII, los cuales construyeron sendos monasterios en San Facundo y Poibueno.
Actualmente, Matavenero y Poibueno se han repoblado por gentes que buscan el mismo aislamiento y paz que aquellos monjes. Aquí, integrados en la red de eco-aldeas, los vecinos viven de la agricultura ecológica, la artesanía, la confección de ropas naturales y la recolección de plantas medicinales. El experimento no es azaroso, estas aldeas cuentan con psicólogo, escuela y médico. Además, todas las decisiones se toman en consejos abiertos.
Foto: www.catoutevertical.com